Se oye la voz… libertaria,
que vuela sobre el parral
y entre uvas y un buen vino,
dispuestos a celebrar;
no me hacen falta, ni quiero,
dioses que blanquean el miedo,
quiero de la vida un “pleno”
aunque no soy de apostar,
y es que con estos amigos,
mi vida… vieja y vencida…
mi vida empieza a empezar.
(Por Ricardo)
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